Descargar información completa sobre la Aceituna Jabonosa
DESCRIPCIÓN
La Aceituna jabonosa es una enfermedad que puede causar, en otoños lluviosos, importantes daños en frutos y afectar a la calidad del aceite.
Colletotrichum spp. produce acérvulos en los que se forman conidios rectos, unicelulares, de bordes redondeados o afilados.
Se han identificado dos especies en olivar C. acutatum y C. gloeosporioides.
SINTOMATOLOGÍA
Los síntomas generalmente sólo se observan en frutos, en estos se aprecian manchas necróticas, deprimidas, redondeadas, y de color ocre o pardo, que pueden llegar a fusionarse ocasionando la podredumbre parcial o total del fruto. Sobre estas manchas se desarrollan, en condiciones de elevada humedad, una sustancia gelatinosa de color anaranjado (formada por masa de esporas del hongo) que mas tarde se vuelven pardas y a la que se debe el nombre común de la enfermedad.
Las aceitunas afectadas se deshidratan, arrugan y muchas de ellas caen prematuramente, mientras que otras permanecen momificadas en el árbol. La caída de aceitunas ocasiona importantes mermas en
la producción. Los aceites obtenidos a partir de frutos dañados tienen mayor turbidez, elevada acidez y coloración rojiza (“aceites colorados”).
La Aceituna jabonosa en Andalucía sólo afectaba a frutos hasta que en los años 97 y 98 se observaron en la comarca de Antequera (Málaga) ataques en hojas y ramas que ocasionaron importantes defoliaciones y debilitamiento de los árboles afectados.
En las hojas se forman manchas cloróticas con bordes indefinidos que aumentan de tamaño y coalescen abarcando casi toda la hoja, éstas se tornan de color marrón o bronceado, se marchitan y caen. En algunos casos la clorosis y caída de las hojas no se debe a la acción directa del hongo sino a una toxina producida por el mismo. El hongo también puede infectar brotes de hasta 2-3 años y ramas de 4-5 cms. de diámetro.
En las hojas se forman manchas cloróticas con bordes indefinidos que aumentan de tamaño y coalescen abarcando casi toda la hoja, éstas se tornan de color marrón o bronceado, se marchitan y caen. En algunos casos la clorosis y caída de las hojas no se debe a la acción directa del hongo sino a una toxina producida por el mismo. El hongo también puede infectar brotes de hasta 2-3 años y ramas de 4-5 cms. de diámetro.
DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD
Los ataques primarios se producen a partir de los frutos momificados que permanecen en el árbol, la lluvia dispersa los conidios que requieren que exista agua libre (lluvia o rocío) en la superficie de la aceituna para germinar. El hongo es capaz de penetrar en frutos sanos pero la infección progresa más rápidamente si el fruto presenta heridas. Una semana después de la infección se pueden producir nuevos conidios que infectarán a los frutos vecinos (infecciones secundarias).
El desarrollo de esta enfermedad es muy dependiente de la humedad cuando la humedad relativa es alta (superior al 93%) y las temperaturas son suaves (10-30ºC) se suceden numerosos ciclos de infección secundaria que producirán graves epidemias durante el otoño.
ESTRATEGIAS DE CONTROL
Medidas culturales: eliminar los frutos momificados, favorecer la ventilación del árbol y adelantar la recolección.
En el caso de nuevas plantaciones en zonas endémicas se deben plantar variedades poco susceptibles.
En variedades sensibles y zonas de riesgo se deben realizar tratamientos preventivos, en el cuajado-endurecimiento del hueso, con compuestos cúpricos más ditiocarbamatos y si se preveen lluvias se repetirá el tratamiento al final del verano. Estos tratamientos controlan también el Repilo (S. oleagina).
En caso de recurrir a los tratamientos químicos, se utilizarán las materias activas autorizadas.