Verticilosis Conidias
Verticilosis Conidias

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INTRODUCCIÓN

La verticilosis del olivo es una enfermedad ampliamente distribuida en todos los países de la Cuenca Mediterránea. Su importancia en Andalucía ha aumentado en los últimos años y a ello ha contribuido la intensificación del cultivo y el establecimiento de nuevas plantaciones en suelos infestados.
El agente causal de la enfermedad es un hongo hifomiceto, Verticillium dahliae, que se caracteriza por la producción de conidióforos con fiálidas dispuestas en verticilo y la formación de numerosos microesclerocios, estructuras de resistencia. Este hongo puede atacar a una amplia gama de cultivos tanto leñosos como herbáceos y a malas hierbas.

SINTOMATOLOGÍA

La verticilosis del olivo puede producir la muerte de árboles enteros o la seca de ramas ocasionando un retraso en el crecimiento y mermas de producción.
Se distinguen dos tipos de síndromes conocidos como apoplejía y decaimiento lento:
– La apoplejía es de desarrollo rápido y se produce en otoño e invierno. Los síntomas iniciales consisten en la pérdida de coloración de las hojas, más tarde se produce una seca rápida de brotes y ramas que suele comenzar desde la punta y que puede ocasionar la muerte del árbol. La corteza de las ramas afectadas puede tomar color morado o púrpura y a veces también se observa una coloración marrón en los tejidos del xilema. En árboles jóvenes se produce defoliación y el árbol puede llegar a morir, mientras en los viejos las hojas pueden permanecer algún tiempo en el árbol y los síntomas suelen afectar a una parte de la planta y ésta raramente muere.
– El decaimiento lento se suele observar en primavera, los síntomas más típicos son la necrosis y momificado de las inflorescencias mientras que las hojas generalmente se desprenden, excepto las del extremo.
En un mismo árbol se pueden observar ambos tipos de síntomas.

Verticilosis en rama
Verticilosis en rama

DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD

El hongo se puede encontrar en el suelo en forma de micelio y conidios (de persistencia breve), o en forma de microesclerocios (muy persistentes, de 12 a 14 años). También puede tener un desarrollo saprofítico de escasa importancia.
La principal forma de supervivencia del hongo en el suelo es como microesclerocios, estos se encuentran principalmente en capa arable aunque algunos se han encontrado a un metro de profundidad.
Los exudados radiculares del olivo u otros huéspedes y también de plantas inmunes a la infección, como algunas monocotiledóneas, estimulan la germinación de los microesclerocios, las hifas producidas por estos pueden penetrar a través de heridas causadas por insectos, nematodos o prácticas culturales o bien directamente. El hongo avanza inter o intracelularmente a través de la epidermis, córtex y endodermis alcanzando el xilema, sin causar daños aparentes en el sistema radicular; en el xilema se produce crecimiento miceliar y formación de conidios que son transportados con la savia ascendente y forman nuevas colonias del hongo, avanzando este a lo largo del tallo y peciolos. Cuando los síntomas son severos se forman nuevos microesclerocios, primero en el xilema y después en el resto de los tejidos. Al defoliarse las plantas enfermas y descomponerse las hojas caidas en el suelo quedan libres los microesclerocios para reiniciar ciclos de infección.
La enfermedad también se puede iniciar a partir de tierrra infestada o plantones que pueden pasar desapercibidos ya que V. dahliae puede causar infecciones asintomáticas.
La cantidad de verticilosis que se produce en un olivar viene determinada por:
– La densidad de inoculo, cantidad de hongo en el suelo. – La tasa de infección.
La tasa de infección refleja la eficacia del inóculo inicial y considera los factores del huésped, patógeno y ambiente que inciden en la enfermedad:
– Huésped: susceptibilidad varietal, edad del árbol (la incidencia y severidad de la verticilosis disminuye con la edad) y nutrición (el exceso de nitrógeno favorece la verticilosis y la disponibilidad de potasio la disminuye)
– Patógeno: se han descrito distintas poblaciones o patotipos de V. dahliae en algodón, el patotipo defoliante es más agresivo que los otros y esta misma diferencia se ha observado en olivo.
– Ambiente: la temperatura y la humedad influyen en la enfermedad; así, la incidencia de la verticilosis es mayor en regadío que en secano y temperaturas suaves del aire de 20-25 º favorecen el desarrollo de la enfermedad.

Verticilosis ciclo
Verticilosis ciclo
SEGUIMIENTO DE LA ENFERMEDAD

En el caso de observar árboles con síntomas, tomar muestras de un dedo de grosor, los síntomas deben ser recientes y la muestra se debe remitir a un laboratorio para el posterior aislamiento del patógeno.

ESTRATEGIAS DE CONTROL

Las medidas preventivas son las más eficaces para luchar contra la enfermedad destacando la utilización de plantas libres del patógeno (Reglamento Técnico de Control y Certificación de Plantas de Vivero de Olivo) y el establecimiento de la plantación en suelos no infestados. También se deben tomar medidas para evitar la llegada del patógeno que puede producirse por el arrastre de partículas de suelo debido a la acción del agua, viento, suelo, aperos, etc.
En las plantaciones con verticilosis se deben tomar una serie de medidas culturales:
– Eliminación y destrucción de los tejidos infectados. – No sembrar cultivos susceptibles de forma intercalada. – Destrucción de malas hierbas – Fertilización equilibrada: evitar el exceso de nitrógeno y la falta de potasio – Manejo adecuado del riego – Variedades tolerantes o resistentes
En las marras está permitida la solarización sola o con metan-sodio.
En caso de recurrir a los tratamientos químicos, se utilizarán las materias activas autorizadas.