El adulto de Euzophera pingüis es una mariposa de 2-2,5 cm. de envergadura alar de color marrón grisáceo con dos bandas transversales más claras. Deposita unos huevos ovalados, aplanados y reticulados, de color blanquecino que posteriormente viran al rosa.Son difíciles de ver ya que miden 1 x 0,75 mm.La larva, blanquecina con matices amarillentos o verdosos, llega a alcanzar los 2,5 cm.
La crisálida, de color marrón, se desarrolla dentro de una estructura de seda, poco tupida.
CICLO BIOLÓGICO
En Andalucía occidental presenta dos generaciones aunque es frecuente encontrar todos los estados de desarrollo durante todo año, a excepción del invierno. Éste lo pasa como larva activa en el interior de una galería. Hacia febrero comienzan a verse las primeras crisálidas y según los años empiezan a volar los adultos, aunque es hacia abril cuando se suele producir el máximo de vuelo de esta generación. En ese mes aparecen las primeras larvas pequeñas, cuya presencia es máxima generalmente a mediados de mayo coincidiendo con la bajada de la crisalidación. En verano desciende manifiestamente la actividad de los adultos y la presencia de nuevas larvas. A principios de Septiembre aumenta la crisalidación y se produce una segunda generación cuya puesta finaliza a mediados de octubre. Ésta suele ser menos intensa que la de primavera.
Los huevos son depositados, aislados o en pequeños grupos, cerca de grietas, heridas de poda, nódulos de tuberculosis, bifurcaciones de las ramas principales,… y la larva recién nacida penetra en el interior del árbol haciendo una galería entre la corteza y la madera, en la que se alimentará durante toda su vida y en el extremo de la cual crisalidará. La generación de primavera-verano dura unos cuatro meses y la de otoño-invierno ocho.
DAÑOS
Los daños que produce esta plaga son debidos a las galerías subcorticales de alimentación de las larvas. Las ramas, o el tronco, muestran un aspecto deprimido, amarillean y pueden secarse.
Los ataques más graves suelen corresponderse a una profusión de heridas, sean consecuencia de heladas (plantaciones jóvenes, muy forzadas y a menudo en zonas críticas para el cultivo o la variedad empleada), de granizadas al final de la primavera (asociadas a tuberculosis) así como de poda, injertos y plantaciones nuevas a un solo pie con un entutorado deficiente (el daño se localiza en el punto de unión o en el cuello).
REGULACIÓN DE LAS POBLACIONES
Es importante favorecer el parasitismo, utilizando productos en el olivar que sean selectivos. La euzofera está muy parasitada: Iconella myelolenta y Phanerotoma ocularis son dos himenópteros que se encuentran frecuentemente parasitándola en el olivar. Se ha estimado que en parcelas comerciales los diferentes himenópteros parásitos ejercen un control superior al 50% de las larvas.
SEGUIMIENTO DE LAS POBLACIONES
El vuelo de los adultos se puede seguir por medio de trampas de luz y también con trampas cebadas con feromonas (pendientes de comercializar).
El seguimiento de las larvas se puede realizar indirectamente, observando los excrementos frescos en troncos y ramas principales.
ESTRATEGIA DE LUCHA
El control es muy difícil por estar casi siempre presentes larvas de todas las edades, huevos y crisálidas y por encontrarse debajo de la corteza. Las larvas recién nacidas son las más sensibles y accesibles al control químico. Se ha obtenido una buena eficacia con la mezcla de un organofosforado y aceite de verano en los meses de abril-mayo y octubre. La aplicación debe hacerse huyendo de los días calurosos, con la mínima presión y mojando abundantemente el tronco y las ramas principales, no la copa. Las medidas preventivas son muy importantes: provocar las mínimas heridas posibles (poda, aperos,…), evitar los golpes de sol en los troncos, vigorizar los árboles tras heladas o granizadas, entutorar bien los plantones para evitar heridas y huir de la poda y desvaretado en los periodos de máximo vuelo de adultos. En caso de recurrir a los tratamientos químicos, se utilizarán las materias activas autorizadas.